Ya no veo atrás, soy una nueva persona, mirar atrás es de cobardes, de aquellos que no quieren dejar lo que quedó y seguir adelante a ver qué cosas nuevas tiene Dios para nosotros. No miraré mi Sodoma ardiendo en llamas, ni mi Gomorra vuelta cenizas, de esto no debe quedar nada, mi horizonte está en frente de mí. Ya no hay camino con espinas, ni ladrones esperando asaltar mi carroza, ya no hay tinieblas ni demonios en mi oscuridad. Una nueva luz me acompaña en la noche y permanece iluminándome en el día, Jehová está a mi lado, escucha mis plegarias y atiende a mi llamado. Estoy llena de gracia, porque he escuchado su voz. Mi corazón arde de alegría y de gozo. He experimentado la inmensa felicidad, la de haber encontrado a Jesús en el camino, al único Dios decir que está a mi lado, Aleluya a eso, hay fiesta en mi alma, en los cielos y en La Tierra, AMÉN!.
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