¿Para qué fuimos creados?
Dios sopló aliento de vida en el hombre, lo que nos da a entender que algo de Dios fue depositado dentro del ser humano. Él nos creó con el propósito de tener comunión y una relación íntima con Él, de compartir todo lo que somos con Él. Por lo tanto, fuimos creados para ALABAR Y ADORAR A DIOS. Isaías 43:21 explica que la alabanza es una de las razones por las cuales fuimos creados, “Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.” Hebreos 13:15 lo confirma: “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Jesús, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre.”
La alabanza es la forma de expresión utilizada para darle la gloria y la honra al Señor. Ésta nos lleva a la presencia de Dios, porque Él habita en medio de ella (Salmo 22.3). Con ella obtenemos grandes victorias, como ocurrió con el pueblo de Israel desde su salida de Egipto (Comenzando en el libro del Éxodo), o el derrumbe de los muros de Jericó (Josué 6.20), o como se soltaron las cadenas y se abrieron las puertas en la cárcel en donde estaban Pablo y Silas en Filipos (Hechos 16.25-26), entre otras victorias obtenidas por el pueblo seguidor de Dios a través de la alabanza. Pero debemos tener cuidado de alabar sólo porque otros lo hacen o por obligación. En Isaías 29:13 el Señor dice: "Este pueblo se acerca a mi con su boca y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado”, Él conoce con qué motivos le alabamos, y si es de corazón o no, porque verdaderamente así lo sentimos, o por mandato de otros.
La alabanza es también una buena forma de vencer la tentación. A mi me ha resultado. Cuando me siento tentada o triste o cuando tengo pensamientos que no deben estar en mi cabeza, comienzo a alabar y adorar al Señor, a cantar o pongo música cristiana, e inmediatamente todo pensamiento pecaminoso se va. La tentación se debilita cuando empezamos a alabar a Dios. Cuando empezamos a contemplar la grandeza y la majestad de Dios, el pecado ya no parece tan atractivo. Por eso, alabe a Dios en todo tiempo para evitar esta clase de cosas.
¿Cómo y Cuándo Alabar a Dios?
Podemos alabar a Dios de diferentes formas: danzando, saltando, aplaudiendo, cantando, orando, llorando, riendo, dando gracias, tocando algún instrumento musical, con gritos de júbilo o de la forma que nazca hacerlo, porque de Él es toda la creación, hecha para alabarle como lo dice en el Salmo 148. Lo más importante es que la alabanza ¡debe ser continua!, lo dice en el Salmo 34.1 “Bendeciré a Jehová EN TODO TIEMPO; su alabanza estará de continuo en mi boca”, también lo vemos en el Salmo 71:6 “En ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; de ti será SIEMPRE mi alabanza.” Pero la alabanza a Dios debe ser en cuerpo y alma, con todo el corazón y por todo; lo afirma el apóstol Pablo en Efesios 5:19-20 "cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo".
¿Cómo empiezo a alabar a Dios?
Si alabar a Dios es algo nuevo para ti, trata de alabarle por lo que Él es para ti personalmente, exprésale a Él y al mundo cuán grande es su maravilla y su creación; proclama que la bondad de Dios es sin medida, abundante e inmensurable. Puedes comenzar:
- Dándole gracias a Dios por haberte dado la vida, por darte aire para respirar, por los amigos, el trabajo, la familia, la naturaleza, lo que comes, lo que tienes, etc. Dale gracias por todo, un simple pero sincero “GRACIAS”.
- Diciéndole cuán grande son Sus obras, cómo te agrada todo lo que ha creado.
- Mostrándole que estás dispuesto(a) a darle la gloria y la honra sólo a Él.
En la Biblia nos dice cómo y porqué alabarle:
- Por Su santidad, misericordia y justicia (2 Crónicas 20:21, Salmos 99:3-4);
- Por Su gracia ( Efesios 1:6);
- Por Su bondad (Salmo 135:3);
- Por Su fidelidad (Salmos 117);
- Por Su salvación (Efesios 2:8-9)
¿Quiénes deben alabarle?
TODA la creación, en los cielos y en La Tierra.
- Toda la naturaleza alaba a Dios (Salmos 148:7-10)
- El sol, la luna y las estrellas le alaban (Salmos 19:1 y 148:3)
- Los ángeles le alaban (Salmos 148:2)
- Aún la ira de los hombres es usada por Dios para Su alabanza (Salmos 76:10)
- A los niños hay que enseñarles a alabar a Dios (Salmo 78:4)
Alaba al Señor en todo tiempo, alábale aún sin hablar, en tus pensamientos, en medio de tus oraciones y por todo. Verás qué diferente es todo cuando comienzas a ALABAR.
Los términos bíblicos utilizados en esta publicación fueron tomados de la Santa Biblia Reina-Valera, Edición de 1960.
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